En las fiestas de Quito los bailes eran acompañados de pequeñas orquestas: con violines, guitarras, mandolinas.
Los personajes de "Chulla Quiteño, dedicaban lindos piropos a las quiteñas bonitas, y hay varias leyendas que se escribieron para entretener a grandes y pequeños.
Los quiteños y quiteñas lucían disfraces muy creativos. Además se aceptaban inocentadas o bromas llenas de humor y picardía. Esta costumbre casi se ha extinguido en la actualidad.
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